MOBBING, o ACOSO PSICOLOGICO LABORAL

Un comportamiento que genera problemas serios y baja productividad

El Mobbing ocurre en alguna medida en todas las organizaciones, pero se tiende a negar el mismo, lo cual contribuye a hacerlo invisible. Podemos definirlo como una dinámica perversa de abuso emocional en el ámbito laboral, con graves consecuencias en las personas afectadas y también en la propia empresa u organización.

Actualmente el Mobbing, fue declarado en 2016 por la OIT como “enfermedad profesional”. Es importante destacar que esta práctica se lleva a cabo en forma sistemática y repetitiva para desestabilizar, destruír o/y excluír a la persona a la cual se le realiza. En general se presenta cuando un llamado “depredador organizacional” se siente amenazado por esa persona (por cualquier razón, siendo el mayor disparador los celos o la envidia, aunque no el único) y va a buscar un punto débil de la víctima para estigmatizarla, iniciando el acoso y provocando además la unión de un grupo de personas contra la misma.

Es importante destacar también que el acoso laboral no es el acoso sexual, si bien este cuando existe deriva en acoso laboral.

 CONSECUENCIAS DEL MOBBING

Este acoso laboral genera un clima de trabajo “tóxico” con graves consecuencias para la persona afectada y la propia empresa. Entre las consecuencias que se han investigado, surge que las personas que lo sufren tienen problemas de salud, por el aumento del stress y otras consecuencias como un altísimo porcentaje de divorcios, que llega al 80%. Las víctimas comienzan con un proceso de aumento de ansiedad y angustia, hasta la pérdida de la autoestima, y lo más grave es el stress post traumático con cambios en la estructura del cerebro, que devienen en ataques de pánico, problemas de memoria y otras disfunciones.

Llega un punto en que la víctima del Mobbing se cree culpable, cuando el proceso está avanzado por el hostigamiento del grupo, y se convierte en un “chivo expiatorio” de los problemas de la organización.

Existen varios tipos de Mobbing: ascendente (cuando varios trabajadores se juntan), descendente (desde los cargos más jerárquicos), horizontal (entre pares), o mixto (una mezcla de varios).

Aunque el descendente sea el más conocido y común, la importancia de las otras modalidades no se puede soslayar.

En el ascendente por ejemplo, muchas veces este comportamiento es asumido por grupos sindicales, haciendo denuncias falsas sobre exigencias profesionales que no son acoso laboral, e impidiendo el normal desarrollo de las actividades en las empresas.

Por todo ello una de las primeras recomendaciones es que las sanciones eventuales a aplicar sean claras y justas, lo mismo que las normas de trabajo.

Las formas de presentarse concretamente el Mobbing, son varias, pudiendo mencionarse como las principales el desprestigio personal o profesional del trabajador, negarle comunicación, el aislamiento físico o emocional, la estigmatización en general.

El daño que produce este acoso emocional, es real e incluso se puede medir con técnicas adecuadas.

                                            LOS SINTOMAS  Y  LA  PREVENCION  DEL MOBBING

Se puede decir que una organización delata que sufre procesos de este tipo cuando existen: excesiva rotación y ausentismo en el trabajo, clima laboral tenso, “chivos expiatorios” repetidos, personas que tienen accidentes laborales o incluso fuera de su trabajo en forma frecuente.

En las personas que lo sufren, los síntomas son: fobia al lugar de trabajo, depresión, cambios en la estructura del hipocampo y la amígdala (regiones cerebrales), enfermedades orgánicas y en casos extremos, el suicidio.

También se producen daños colaterales, en los hijos, la pareja y la familia en general.

En cuanto a la prevención del acoso laboral se recomiendan algunas pautas básicas, antes del abordaje profesional:

  • Sensibilización del problema. Existe y es frecuente.
  • Establecer un Protocolo para su tratamiento en la organización.
  • No realizar bromas pesadas con las personas.
  • Combatir el “chusmerío”.
  • Defender el valor del respeto a las personas.
  • No legitimar la violencia (verbal o psicológica) en el lugar de trabajo.

Se pueden identificar los factores de riesgo en una Encuesta específica del clima organizacional, que incorpora un cuestionario internacional especializado sobre detección del acoso.

Esta herramienta, sumado a otras actividades imprescindibles, como talleres de sensibilización y reflexión sobre el tema, actividades integradoras, rotación de puestos de trabajo, capacitación de mandos superiores y medios y la supervisión matricial, entre otros factores, son claves para desterrar esta práctica que tanto daño hace al bienestar de los trabajadores, como a la propia productividad de la empresa.