La figura del “emprendedor interno” es clave dentro de las organizaciones en cualquier ámbito, para contribuír a generar innovación y rentabilidad a las empresas, debido a su comportamiento similar al del clásico emprendedor.
Desde el punto de vista organizacional formal, trabajan en relación de dependencia, y se convierten en generadores de cambios, innovaciones e iniciativas concretas que aportan valor a la empresa que integran.
Algunos rasgos de su comportamiento son: la proactividad, la flexibilidad, la capacidad de innovar, la creatividad, la orientación a la acción, al cambio y a cierto riesgo. Incluso una resistencia a la frustración importante cuando los intentos no salen bien.
También tienen la característica de estar orientados a resultados, sintiendo los de la empresa que trabajan como propios, o de los productos y servicios a su cargo. Su relación con el tiempo es que lo ven como un insumo fundamental y “no renovable”, valorando altamente su aprovechamiento.
Por otra parte, en general otra característica común que tienen es su preocupación por el grado de compromiso de cumplimiento, con clientes pero también con proveedores y colegas de trabajo.
En definitiva, su característica central es su tipo de comportamiento, y no necesariamente por una capacidad exorbitante o hiperactividad, si bien es cierto que en estos atributos (capacidad y actividad), suelen tener buenos índices.
Es así que a nivel global este tipo de empleados es altamente valorado, buscado y fomentado. Incluso empresas de primer nivel mundial como GOOGLE, destinan entre un 15 y 20% del tiempo laboral para que su Staff desarrolle nuevas ideas y proyectos innovadores que aporten al crecimiento de la empresa, ideas que luego son tamizadas por la dirección de acuerdo a diversos parámetros, incluyendo la posible financiación.
COMO SURGEN LOS INTRA EMPRENDEDORES
Los emprendedores internos, o “intrapeneurs”, suelen desarrollar un alto sentido de pertenencia, lo que permite incorporar sus iniciativas al aumento de la propuesta de valor de sus organizaciones. Cuando las empresas y sus titulares los valoran, ese sentimiento de pertenencia se consolida, debido a la automotivación que generan, y muchas veces alcanzan a producir un porcentaje importante de los emprendimientos futuros. Esto es indicado incluso por estudios internacionales, como los de Escuelas de Negocios de países desarrollados y emergentes.
Una gran duda es: el “intraemprendedor”, ¿nace o se hace? La respuesta a esta pregunta removedora no es simple, por la sencilla razón que obviamente depende mucho de la personalidad del empleado, pero también de un entorno estimulante que pueda desarrollar la organización donde actúa.
De ahí la importancia del clima y cultura empresarial que puede estimular o no el surgimiento y desarrollo de estos valiosos colaboradores, que se puede visualizar en muchos detalles: cómo se escucha a la gente, la preocupación por su desarrollo, la canalización de las iniciativas del personal que propone cosas, el Coaching de desarrollo del personal y hasta el estímulo económico a propuestas serias, viables y que puedan plasmarse en la realidad.
Una empresa de cualquier rubro o tamaño puede fomentar en distintos grados la creatividad responsable, la innovación y el cumplimiento de compromisos, en un ambiente motivante y de desafíos, que se puede ir creando y desarrollar.
Finalmente, otra duda muy frecuente en mercados poco desarrollados como el nuestro, es cuando sospechamos que esa persona con iniciativas pueda irse formando su propio negocio. Eso siempre puede pasar, pero si generamos un entorno adecuado, los intraemprendedores suelen pasar bastante tiempo en sus empleos, por diversas razones de contexto, oportunidad y recursos. Y siempre será además de una relación fructífera, una interesante inversión contar con su trabajo y sus iniciativas.
Al final de cuentas, si empresas globales fomentan su desarrollo y aparición, por algunas ventajas y beneficios que siempre reportan, es clara la explicación de este apoyo.
Podemos decir como conclusión en base a lo reseñado previamente, que los «Intrerpreneurs», son fundamentales para el verdadero éxito de las empresas en el largo plazo, para su permanencia y desarrollo, para sus resultados económicos, pero también para su buena reputación en los mercados en que actúan. Apostar por ellos es apostar a un mejor futuro, desarrollando una cultura ambiente acorde.