10 señales para saber si tenemos Inteligencia Emocional

 

 

 

 

 

 

Artículo publicado en “El Observador” (archivo).

Décadas de investigaciones apuntan a la inteligencia emocional como el factor crítico que distingue a los mejores del resto del grupo.

Cuando la inteligencia emocional (EQ) apareció por primera vez ante las masas, sirvió como el eslabón perdido en un peculiar hallazgo: las personas con coeficiente intelectual (IQ) promedio superaban a las que tenían IQ más altos el 70% de las veces. Esta anomalía saboteó de gran manera la asunción ampliamente sostenida que el IQ era la única fuente de éxito.

Décadas de investigaciones ahora apuntan a la inteligencia emocional como un factor crítico en las organizaciones.. La conexión es tan fuerte que el 90% de los empleados con mejor rendimiento tienen una alta inteligencia emocional, escribe el co-autor del libro «Inteligencia Emocional 2.0» y presidente de TalentSmartTravis Bradberry, en su artículo publicado en LinkedIn.

La inteligencia emocional es ese «algo» en cada uno que es un bastante intangible. Influye cómo manejamos nuestro comportamiento, navegamos las complejidades sociales y tomamos decisiones personales para lograr resultados positivos.

A pesar de la importancia de la EQ, su naturaleza intangible hace que sea muy difícil saber cuánto tiene una persona y qué se puede hacer para mejorar si carece de ella. Desafortunadamente, las pruebas de QE de calidad (científicamente válidas) no son gratuitas. 

Bradberry analizó los datos de millones de personas que TalentSmart ha investigado, con el fin de identificar los comportamientos característicos de una elevada EQ. 

  1. Tienen un amplio vocabulario emocional

Todas las personas experimentan emociones, pero son pocas las que pueden identificarlas con exactitud a medida que ocurren. La investigación muestra que solo el 36% de las personas puede hacer esto, lo cual es un problema porque las emociones no identificadas a menudo son mal entendidas, llevando a elecciones irracionales y acciones contraproducentes.

Las personas emocionalmente inteligentes pueden determinar si se sienten “irritables”, “frustrados”, “oprimidos” o “ansiosos”. 

  1. Son curiosos acerca de la gente

No importa si son introvertidos o extrovertidos, las personas emocionalmente inteligentes son curiosas acerca de todo el mundo a su alrededor. Esta curiosidad es producto de la empatía, uno de los nexos más importantes con una EQ alta. Cuanto más se preocupe por otras personas y por lo que están pasando, más curiosidad va a tener sobre ellas.

  1. Aceptan el cambio

Las personas emocionalmente inteligentes son flexibles y se adaptan constantemente. Ellos saben que el miedo al cambio es paralizante y una gran amenaza para su éxito y felicidad. Buscan el cambio que está acechando a la vuelta de la esquina, y forman un plan de acción en caso de que estos cambios ocurran.

  1. Conocen sus fortalezas y debilidades

Las personas emocionalmente inteligentes no solo entienden las emociones; saben para qué son buenos y para qué no. También saben quién los saca de sus casillas y los entornos (situaciones y personas) que les permiten tener éxito. Tener una EQ alta significa que conoce sus fortalezas y sabe cómo apoyarse en ellos y utilizarlos para sacar la máxima ventaja, evitando que las debilidades sean un obstáculo.

  1. Tienen buen juicio sobre personalidades

Gran parte de la inteligencia emocional se resume en conciencia social; la capacidad de leer a otras personas, saber quiénes son y entender por lo que están pasando. Con el tiempo, esta habilidad le ayuda a tener un juicio excepcional de personalidad. La gente no será un misterio. Sabe quiénes son y entiende sus motivaciones, incluso las que se encuentran bien escondidas.

  1. No se ofenden con facilidad

Las personas emocionalmente inteligentes son seguras de sí mismas y de mente abierta, lo que crea una coraza bastante gruesa. Incluso puede burlarse de sí mismo o dejar que otras personas le hagan bromas, ya que es capaz de mentalmente trazar una línea entre humor y degradación.

  1. Se liberan de sus errores

Las personas emocionalmente inteligentes se liberan de sus errores, pero lo hacen sin olvidarlos. Al mantenerse a “una distancia segura” de sus errores (aunque lo suficientemente práctica para extraer un aprendizaje) son capaces de adaptarse y prepararse para el éxito futuro. Preocuparse demasiado tiempo por sus errores lo vuelve ansioso y nervioso, mientras que olvidarse de ellos por completo induce a repetirlos. 

  1. No guardan rencores

Las emociones negativas que conlleva guardar resentimientos en realidad son una respuesta al estrés. Solo pensar en ese mal episodio pone a su cuerpo en modo de “lucha o escape”, un mecanismo de supervivencia que le obliga a levantarse y luchar o correr cuando se enfrenta a una amenaza. Cuando la amenaza es inminente, esta reacción es esencial para su supervivencia, pero cuando la amenaza es un hecho pasado, mantener ese estrés causa estragos en su cuerpo y puede tener consecuencias devastadoras para la salud con el tiempo. 

  1. Neutralizan a las personas tóxicas

Tratar con personas difíciles es frustrante y agotador para la mayoría. Los individuos con alta EQ controlan sus interacciones con personas tóxicas manteniendo sus sentimientos bajo control. Cuando necesitan enfrentar a una persona tóxica, abordan la situación de forma racional. Identifican sus propias emociones y no permiten que la ira o la frustración enciendan el caos. 

  1. No buscan la perfección

Las personas emocionalmente inteligentes no trazan la perfección como su objetivo, porque saben que no existe. Los seres humanos, por nuestra propia naturaleza, somos falibles. Cuando la perfección es su meta, siempre le quedará una sensación de fracaso que le hace querer renunciar o reducir sus esfuerzos. Termina malgastando su tiempo al lamentarse lo que no logró y lo que debería haber hecho de manera diferente en lugar de seguir adelante, emocionado por lo que ha logrado y lo que logrará en el futuro.